El 1 de enero, papel cero
El Ministro de Justicia se ha cansado de repetir durante todo el año pasado que la Modernización de la Administración de Justicia daba un paso definitivo con la implantación del expediente digital, una realidad que veríamos aparecer con el nuevo año, de ahí su repetida frase “El 1 de enero, papel cero”. Es el resumen del plan de digitalización de la Administración de Justicia, una frase de máximos que la realidad ha transmutado a una frase de mínimos. En efecto, cualquiera que se aproxime a un juzgado una vez que ha transcurrido ya el famoso 1 de enero, no apreciará cambios relevantes. Las torres de papel que caracterizan a los pleitos de mayor complejidad siguen en el mismo lugar y los nuevos asuntos que entran en los juzgados siguen haciéndolo en la misma forma, ¿donde hemos avanzado?.
Como siempre, la justicia avanza a diferentes velocidades dependiendo del territorio. Los males endémicos que han caracterizado a la Administración de Justicia se vuelven a poner de manifiesto, comenzando por una errónea distribución de competencias que ha transferido a las Comunidades Autónomas competencias en materia de personal y medios materiales, correspondiendo al estado central la capacidad normativa. Esta España de varias velocidades que ya se puso de manifiesto en la implantación de la nueva oficina judicial vuelve a resurgir en el largo proceso que ahora se inicia y que presenta como meta la desaparición del papel en los juzgados, convirtiendo a juzgados y tribunales en un entorno virtual.